Manual del Conquistador
INTRODUCCION
Seducir en todo lugar, a cada momento y a todas las mujeres, ha sido algo más que un pasatiempo, una obsesión compulsiva de los hombres, desde nuestros comienzos, aunque se diga que Eva fue la que comenzó, nosotros los Homos Erectus Recontra Machos lo practicamos a diario. Por gusto, deporte o simplemente para alimentar la autoestima, todos los varones del mundo unidos en una misma acción: GUSTAR Y LEVANTAR.
Reflexionemos un instante.... en este mismo momento, mientras usted lee este texto, en los países más distantes en kilómetros y culturas, hay centenares de individuos intentando conquistar a un otro, a ese ser que... guau! parece estar esperando el cortejo perfecto, cual felinos en la estepa salvaje. Ay, y si mi apuran...! yo mismo estoy concentrado escribiendo, pero tengo el radar encendido, y ya localicé a una mujer, sentada sola, en el bar donde me encuentro: la he fichado, un segundo de contacto visual y ya me ha desechado con su mirada de desprecio. Muchachos, he aquí la cuestión: desaire, desdén, negación, fingidos o no, el juego recién comienza.
El galanteo es una práctica cotidiana, más común que arvejas en el guiso, incluso me atrevería a decir más practicada que el fútbol y la salsa cubana (en Cuba, claro). Allá afuera hay una cancha llena de practicantes, y hay que salir a pelearla: respirar hondo, persignarse o besar el amuleto personal de la suerte para apostar a ganar en cada tiempo. En la arena de la conquista, todos somos jugadores y contrincantes a la vez... y ojo al piojo, porque el rival puede estar en cualquier lado, donde nadie lo espera, camuflado, causando lógicamente una competencia desleal, ambiciosa y alocada.
¿Quién hubiera pensado cien años atrás que tendríamos que combatir contra especímenes de toda clase y situación? Guerreros y guerreras de orientación heterosexual, homosexual y bisexual; solteros, separados, divorciados, casados o concubinos, menores de 18 y hasta mayores que nuestros abuelos; luchadores de todo tipo que, como nosotros, están a la caza y captura de su presa más deseada.
Como si esto no fuera suficiente, la mujer ha contribuido generosamente a aumentar esta irresistible afición utilizando una de sus más poderosas armas: la coquetería. Sus prendas, por ejemplo... vaya uno a saber si es por el cambio climático o alguna otra razón conspirativa, las féminas han acortado sus faldas, hecho uso y abuso de transparencias, despechados escotes -y bien vale la redundancia-, y como no mencionar ese increíble y paradisíaco mundo de la ropa interior... con su multiplicidad de modelos y formatos, producto de algún genio divino, que no dejan de extasiarnos... y no es que seamos unos repulsivos, babosos machos descarriados! No señor! Somos unos humildes admiradores así como víctimas de tan fina y sutil estrategia de hipnosis. En definitiva, nos encantan con su belleza, sus atributos, sus movimientos sugerentes, y esa presencia avasalladora… ¿Dónde quedo la tímida e inocente Heidi?
Ellas, mujeres todas, saben quiénes son y qué quieren: se quitaron de encima kilos de ropa y preconceptos impuestos y después de muchas batallas, salieron de la cocina a conquistar espacios y lugares inimaginados. Hoy disfrutan de lo que siempre les perteneció: el delicioso sabor del empeño, las hazañas y el triunfo del héroe conquistador, cuyo fin es salvarlas y protegerlas, por los siglos de los siglos.
Aunque el cuento del príncipe luchando contra el dragón para rescatar a la princesa ya no se lo cree ni mi hermanita, a ellas les encanta vernos sudar, en cuerpo y alma, confirmar que nuestras hormonas estén en ebullición, invirtiendo el mayor esfuerzo en la misión imposible: que se rindan a nuestros encantos y propósitos de seducción. Es nuestro desvelo y nuestro plan perfecto, la recompensa a tanto empeño suele ser maravillosa, como lo es cada mujer. Asumámoslo, nos han dejado noches sin dormir, pero también, gracias a ellas, hemos tenido los mejores sueños.
LA CONQUISTA ¿arte? ¿Ciencia? ¿Planificación estratégica? ¿Inspiración o pura transpiración? Sin la pretensión de encontrar la respuesta a una definición, el objeto de este manual es enseñar las herramientas del oficio, orientar y preparar, alentar y por sobre todo, arrojarnos a la teoría y práctica. ¡Animarnos, y con dos cojones!
No me considero un erudito en la materia, ni un iluminado que recibió la fórmula mágica, mucho menos el “Hugh Hefner Argentino”, lo que aquí traigo son las heridas de guerra, los moretones y bofeteos de la adolescencia... y de la adultez ya que estamos en confianza, y las mangas moqueadas de llanto resistido.
Por ello, en estas páginas encontrarán la información precisa resultado de un extenso y profundo estudio, con expertos teóricos y pruebas de campo; métodos científicamente probados y recogidos durante la investigación; y las prescripciones generales de los profesionales internacionales, altamente calificados, que participaron en el proyecto.
Aún así, y como dicen las abuelas “de los fracasos se aprende”, también se encontrarán con los casos de no éxito: mi propio infortunio, mis intentos malogrados, las facetas del antihéroe. Me han rechazado tantas veces que con mi sangre se puede hacer una vacuna contra la humillación, y por esto, les brindo mi propio antídoto en diez capítulos. ¡Que los disfruten!